Anteriormente la aparición de los signos propios de la demencia senil eran catalogados como una ‘fase natural’ de la ancianidad. Así, durante décadas expresiones como “se le va la cabeza”, “ya está viejo y no sabe lo que hace” y otras similares han sido empleadas con resignación cuando un anciano parece perder el control sobre su mente y cuerpo. Sin embargo, está demostrado que es una patología y por tanto existen métodos de diagnóstico, prevención y tratamiento que ayudan a mejorar sustancialmente la calidad de vida de quienes la padecen.
DEMENCIA + ALZHEIMER
Médicos especialistas han logrado identificar diversos factores determinantes en la aparición de la demencia senil: la alimentación, el estilo de vida y hasta el medio ambiente. Esta enfermedad perturba aspectos físicos como el control de los esfínteres, dificultad de movimiento y aumento de estrés. A esa lista se unen varios efectos psicológicos y sociales, pues frecuentemente nacen conflictos con los miembros de la familia debido a la pérdida de la memoria a corto y largo plazo y los cambios drásticos en la personalidad (nerviosismo, apatía, agresividad, sensibilidad, bipolaridad y dificultades para concentrarse en tareas de rutina como el simple aseo personal).
Por si fuera poco, la demencia senil a menudo va de la mano de otra afección mental: el Alzheimer, que igualmente se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria a corto y mediano plazo. El Alzheimer se ha identificado como un componente externo al organismo que perjudica la zona neuronal encargada de regular la memoria en todos sus plazos; por ello impacta al sujeto de manera dramática al provocar que olvide nombres de familiares, amigos, sus propias experiencias y hasta funciones básicas de su cuerpo como comer y respirar.
¿HAY REMEDIO?
Es fundamental acudir al médico ante los primeros síntomas de cualquiera de los dos padecimientos. Casi siempre se cuenta con alguna opción que puede favorecer la salud e incluso hay terapias para instruir a la familia y amigos del paciente en el correcto manejo de estas enfermedades. Asimismo es usual que se recomiende la realización de diversas actividades como la resolución de rompecabezas y juegos que involucren la facultad de retención de información y las habilidades de lógica y cálculo, entre otras ocupaciones terapéuticas que los especialistas sugieren de acuerdo a cada caso.
Un error común en los familiares quienes presentan indicios de demencia senil o Alzheimer es ignorar la presencia de un problema o dar por sentado que el anciano “sólo está chocheando”. La evasión sólo aumenta el riesgo de que el deterioro neuronal sea irremediable.
En cualquier caso la atención y la ayuda es primordial para mantener la calidad de vida de estas personas.
SANINET cuenta con personal especializado en los cuidados de personas mayores afectadas por estas enfermedades y proporciona a domicilio unos servicios a medida tanto de la persona afectada como de su entorno familiar.
ANIF @ JACL GABINETE DE COMUNICACIÓN DE SANINET
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